Días de descanso y de dejar partir. No sé si algo descansa más que dejar marchar.
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Reencontrarme conmigo misma en las hojas de un libro por el que ya transité. Y sorprenderme, diferente.
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Bendito olvido.
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Muchas cosas que no sé dónde ubicar:
- proyectos futuros que se me acumulan y me dan ideas para otros nuevos que de momento nunca llego a hacer...
- excusas para que la casa huela a hogar
- sonrisas antes de dormir
- la ternura, siempre inclasificable
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La alegría de ver el campo en flor y no saber dónde poner los ojos, dónde la nariz, dónde el corazón.
Y luego callar y, simplemente, oír.
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